En este post os voy a dar 10 consejos para el parto de una mamá “veterana”. Estos consejos son mayoritariamente mis propios consejos, basados en mis experiencias en los dos partos que tuve, un parto espontáneo y un parto inducido, ambos sin epidural. Con ello no quiero decir que tú tienes que parir sin epidural o que eso sea mejor que con epidural, para nada. Yo no tuve epidural por ciertas razones físicas mías, no porque sería mejor o peor.
Ante todo, os quiero repetir que esto son consejos, no son pasos a seguir a rajatabla ni obligaciones. A la hora de dar a luz, haz lo que tu cuerpo y tu bebé te digan. Eso es mil veces más importante que cualquier consejo que te voy a dar. Bueno, ya son once consejos entonces, pero ¿quién está contando?
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1. Distraerte
El primero de los consejos para el parto es distraerte. Cuando empiezan las primeras contracciones puede ser una sensación rara y puede ser que te asuste. Especialmente en esta primera fase del parto, donde todavía no estás de parto activo, te recomiendo distraerte. Puedes ver una película que te guste – comedia mejor, que ayuda la oxitocina en tu cuerpo – sentada en la pelota de pilates, dar un paseo, o, como era mi caso, empezar a limpiar toda la casa como una loca. Puedes hacer lo que más te apetezca, aunque te recomiendo hacer algo que incluya movimiento.
Básicamente, la idea es distraerte e ignorar las contracciones hasta que lleguen a un punto que de verdad tienes que parar a respirar durante ellas. Así no te estresas demasiado sobre sí empieza el parto o no, y fomentas la producción de oxitocina en tu cuerpo y esto hará, junto con la presión de la cabecita de tu bebé, a que empieces a dilatar.
2. Prepara una lista de música
Con un par de días o semanas de antelación puedes ir recopilando una lista de música que te guste y que te haga sentir bien. Puedes elegir el tipo de música que a ti más te gusta, da igual el ritmo. Esta lista de música te puede venir bien para distraerte o para relajarte durante y entre las contracciones.
Una canción que yo incluí en mis listas de parto fue la canción – que incluye un solo mantra – Humee Hum Brahm Hum. Este mantra es un mantra para conectarte con tu bebé. Yo solía poner esta canción, bailando suavemente de lado a lado con las manos en la barriga. Mis dos bebés, sin falta, empezaron a moverse conmigo en esas sesiones de baile, y en el parto me causaba una profunda relajación durante y entre contracciones.
3. Oscuridad
Este consejo para un parto vaginal sí que está más basado en la ciencia. Hubo un estudio en 2019 donde demostraron que el riesgo de necesitar una cesárea o una inyección con oxitocina disminuyó por uno cada 23 partos. La oscuridad y tranquilidad del ambiente fomenta la producción de oxitocina que, como ya hemos dicho antes, es necesaria para que el trabajo de parto progrese.
Si estás de parto durante la noche es muy fácil. Enciende solo la luz de la habitación al lado si quieres algo de luz, o quédate a oscuras por completo. Si estás de parto durante el día, puedes intentar cerrar las persianas o cortinas para limitar la luz que entra en la habitación.
En mi caso mis dos niños nacieron por la noche. Por algo será, diría yo.
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4. Movimiento y posiciones
En el primer consejo ya os dije que lo mejor sería distraerte mediante movimiento. Especialmente en el momento de parto activo, te recomiendo que sigas moviéndote entre contracciones. Con la combinación del movimiento y las contracciones tu bebé moverá por tu pelvis. Además, tu encontrarás más fácilmente la posición más cómoda para ti si te mueves, especialmente para poder relajarte durante las contracciones. Más sobre la relajación en otro punto.
5. Prepara las maletas con antelación
No voy en orden cronológico con estos consejos, la verdad. Pero igual de importante para que todo vaya bien es tener la maleta del hospital preparada con antelación. Yo la preparaba a las 36 semanas y la dejaba en la entrada de la casa con una pequeña lista de últimos productos a meter en la bolsa a última hora, como el cepillo de dientes y mis gafas/lentillas.
Como no sabes con antelación cómo iniciarás el trabajo de parto – tranquilamente varias horas o días en casa antes de acudir al hospital o de prisa corriendo – lo mejor es tener la maleta ya hecha. Es una cosa en la que ya no hará falta pensar cuando te vayas al hospital.
No hace falta que lleves mucho. El hospital, por lo menos el hospital público, te facilitará todo lo que necesites para ti y tu bebé. Solo para el acompañante habrá que traer todo, desde ropa y el cepillo de dientes hasta una almohada para dormir en el sofá o en la silla del acompañante.
6. Prepara a tu pareja para el parto
Este consejo os lo di ya en este post, donde os explico todo detalladamente. Habla con tu acompañante o pareja con antelación al parto para que entienda bien cuales son tus preferencias a la hora de dar a luz y cuál será su rol si todo va como tú quieras que pase. Habrá que tener en cuenta también sus preferencias, que no le puedes obligar a hacer algo que no quieras que haga.
Lo más importante es que tu te puedas enfocar en ti misma, sin tener que pelearte con los sanitarios sobre algo que no sea de importancia vital.
7. El plan de parto
Las libretas de seguimiento del embarazo incluyen un plan de parto corto donde puedes marcar tus preferencias en cuanto a los puntos más esenciales para el parto: el uso de epidural, monitorización intermitente, libertad de movimiento, fomentar la lactancia nada más nacer el bebé, pinzamiento tardío del cordón umbilical, el alta precoz del hospital, etc.
Esto no significa que esos son los únicos puntos que puedes tener en cuenta. Fuera de lo que pone en la libreta del embarazo, puedes hacer tu propio plan de parto, escrito en el ordenador o a mano, para que tu acompañante lo pueda entregar a la matrona y así esta pueda seguir tus preferencias lo máximo posible. No hará falta explicárselo en el momento de parto, porque ya lo tienes todo allí listo para que lo consulte.
8. Relajación
La relajación es de extrema importancia para el trabajo de parto. Para dilatar, los músculos y tejidos del suelo pélvico tienen que relajarse y abrirse. Solamente así podrán hacer su función. Para ello, te recomiendo intentar enfocarte en la relajación de tus músculos durante las contracciones. Yo personalmente me enfoqué en “abrir y dejar paso a mi bebé”.
Para relajar tus músculos, puedes enfocarte en tus manos y tu cara. Si tienes las manos en puños apretando fuerte, no estás relajada. Si estás cerrando los ojos con fuerza y apretando la mandíbula, no estás relajada tampoco. Intenta enfocarte en estas partes de tu cuerpo antes de nada y verás como poco a poco te irás relajando más.
9. Meditación
Meditar durante el trabajo de parto suena raro, pero créeme que no lo es. No te digo que te sientes con las piernas cruzadas haciendo ruidos raros como un monje budista. Con meditación quiero decir que vacíes la mente, que pienses solo en las sensaciones que tienes, en tu bebé, y en el vínculo entre vosotros.
Mi marido sabe bien que yo me meto en “la zona” durante el parto y que no me tiene que hablar ni nada por el estilo. En el segundo parto la matrona estaba más encima de mí y no pude meditar como me hubiera gustado, lo que hacía el parto más doloroso (fuera de que fue inducido, que suele doler más para empezar).
10. Flexibilidad en tus planes
Puedes haber hecho todo lo posible en la preparación para el parto, para que tu parto fuera el mejor parto del mundo, todo lo que tu soñaste. Pero hay que tener en cuenta que no estás sola en el parto. Hay una persona muy, pero muy importante quien lo hace contigo. Tu bebé.
A veces pasa que el bebé tiene otra idea de cómo venir al mundo. Como dice una ginecóloga conocida en las redes sociales “a veces el bebé quiere salir por la otra puerta”, es decir, mediante cesárea. Tú puedes hacer todo lo que puedas y sigue sin ser suficiente. Esas cosas pasan, y solo te lo quiero advertir para que lo tengas en cuenta.
En mi segundo parto, el bebé tenía una vuelta de cordón sin que lo supiéramos. Su corazón bajaba con cada contracción, porque mi cuerpo le estaba echando a la fuerza (fue un parto corto e intenso), y el pobre se ahogaba con el cordón. Aunque no quise estar tumbada, me pusieron tumbada de lado para frenar el parto y dejarle al bebé un respiro hasta que él también estuviera listo para salir. Estuve así hora y media y lo pasé muy mal, intentando ir en contra de mi cuerpo, que estaba empujando con fuerza cada dos minutos. Intentaba frenar los pujos para darle tiempo a mi pequeño. Al final salió cuando él quiso y no cuando mi cuerpo decía.
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